Pulpo a Feira: Una receta con sabor a tradición familiar
En mi familia, el pulpo siempre ha sido mucho más que un plato; es un vínculo con nuestras raíces y recuerdos. Cada vez que lo preparo, me transporto a los domingos en San Saturnino, donde mi abuela solía contar historias mientras lo cocinaba con mimo y paciencia.
En las ferias locales, el pulpo no era solo comida; era el alma de la fiesta. Mi abuela solía decir que, en Galicia, nadie puede resistirse al aroma del pulpo recién cocido, con ese toque mágico de aceite de oliva y pimentón. Hoy quiero compartir esta receta, tal y como ella la hacía, con algunos trucos que aprendí observándola en la cocina de nuestra casa familiar.
Ingredientes (para 4 personas):
1 pulpo fresco de unos 2 kg
4 patatas grandes (opcional, pero muy gallego 🍽️)
Aceite de oliva virgen extra
Pimentón dulce (puedes añadir un toque de pimentón picante si prefieres)
Sal gruesa
Preparación paso a paso
1. Limpiar el pulpo
Mi abuela siempre decía que el pulpo tenía que estar bien limpio para que no amargara. Si es fresco, pide que te lo limpien en la pescadería. Si es congelado, lo bueno es que ya está limpio y más tierno gracias al proceso de congelación.
2. Cocer el pulpo
Pon una olla grande con agua a hervir sin sal. Es importante no añadir sal durante la cocción para que el pulpo no se endurezca.
Cuando el agua esté hirviendo, "asusta" al pulpo tres veces: sumérgelo y sácalo rápidamente antes de dejarlo cocer. Este truco, que aprendí viendo a mi abuela, ayuda a que la piel no se desprenda durante la cocción.
Déjalo cocer durante unos 20-25 minutos por cada kilo. Para comprobar si está listo, pincha con un tenedor la parte más gruesa de los tentáculos. Si entra con facilidad, ¡es el momento de retirarlo!
3. Cocer las patatas (opcional, pero delicioso)
Mientras el pulpo reposa en su propio calor, aprovecha para cocer las patatas en la misma agua donde se ha cocido el pulpo. Esto les da un sabor único. Pélalas y córtalas en rodajas gruesas cuando estén tiernas.
4. Cortar y emplatar el pulpo
Usa unas tijeras para cortar los tentáculos en rodajas de aproximadamente 1 cm. Mi abuela siempre decía que debían ser “ni muy finas ni muy gordas”.
Coloca las rodajas de pulpo sobre un plato (tradicionalmente, de madera). Si has cocido patatas, pon una base de rodajas en el fondo.
5. Aliñar al estilo gallego
Rocía el pulpo con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra. Luego espolvorea pimentón dulce (y un poco de picante si lo deseas) y termina con una pizca de sal gruesa.
Consejos de mi abuela para un pulpo perfecto:
La calidad del pulpo importa: Si puedes, elige pulpo gallego. Tiene una textura y sabor inigualables.
No te olvides de asustarlo: Parece un detalle insignificante, pero hace que la presentación sea impecable.
Platos de madera: Según mi abuela, el pulpo “sabe mejor” sobre un plato de madera.
Un recuerdo en cada bocado
Cada vez que sirvo este plato, recuerdo las ferias de San Saturnino, las risas y la música de fondo, mientras el aroma del pulpo llenaba el aire. Es un plato sencillo, pero con un alma enorme, como Galicia misma.
¿Y tú? ¿Tienes algún recuerdo especial ligado al pulpo a feira o a las ferias gallegas? Me encantaría leerte en los comentarios. 💬

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